Las vías de comunicación en San Miguel de Abona han sido las grandes precursoras de su desarrollo socioeconómico, sobre todo, en los siglos XIX y XX. En el Cruce de las Cuatro Esquinas confluyen dos vías. Por un lado está la calle de La Iglesia, que cruza el Conjunto Histórico de este municipio y coincide con parte del antiguo camino real de San Miguel, que comunicamos con otros pueblos de las medianías, como Granadilla de Abona y Valle San Lorenzo; y por otro, la carretera de Los Abrigos, que sustituye al camino que unía el casco con los pueblos de las costa y con el puerto de Los Abrigos, lo que le permitía poder optar a una ruta de comunicación con Santa Cruz, a través de la navegación de cabotaje antes de la construcción de la Carretera General del sur.
Los caminos reales de Tenerife, asentados en algunos casos sobre antiguos senderos aborígenes, han desempeñado en el pasado un importante papel en las comunicaciones entre los pueblos de la isla desde la época misma de la conquista castellana, en 1496, cuando fueron construidos y regulados por normas y leyes destinados a garantizar su mantenimiento y operatividad.
Los ramales de los antiguos caminos a su paso por San Miguel de Abona eran transitados por vendedores ambulantes que se desplazan de pueblo a pueblo para vender o intercambiar sus productos, por pastores con sus ganados en sus desplazamientos por la comarca, por personas que trabajan en otros núcleos, etc.