Otra parada que podrás hacer, camino de Vilaflor o al sur de la isla de Tenerife, si estás en el Parque Nacional del Teide es en el llamado Mirador La Zapatilla de La Reina, que se encuentra prácticamente frente al Llano de Ucanca.
Situado en el kilómetro 50 de la carretera TF-21, este mirador lleva dicho nombre por la forma curiosa que tiene la gran roca volcánica, que con un poco de imaginación, te recordará a un zapato de tacón femenino.
Al llegar a este lugar encontraremos una zona de aparcamientos y a partir de aquí hay que recorrer un corto camino, de unos 100 metros aproximadamente, para llegar a la zona habilitada como mirador, donde podemos encontrar una mesa interpretativa donde nos explica las condiciones climáticas en el Teide y como influye en el paisaje, a lo largo de miles de años, para llegar a formar estás curiosas formas en las rocas.
Este monumento natural de piedra es un claro ejemplo del fenómeno erosivo en el cual intervienen distintos tipos de agentes relacionados con los fenómenos atmosféricos; como pueden ser: lluvia, calor, viento, nieve, granizo…Los efectos que puede llegar a provocar sobre el relieve puede llegar a tomar formas muy curiosas y a este aspecto se le conoce bajo el nombre de meteorización. Dichos agentes tienen un gran impacto sobre los distintos materiales, los cuales se fragmentan o se alteran, de forma que se transforman las formas iniciales en un largo e imperturbable proceso. Aquellos materiales que son menos resistentes se ven más afectados que los que tienen mayor dureza, dando lugar a sugestivas figuras. Metafóricamente hablando la erosión vendría a ser como aquel escultor que nunca se encuentra satisfecho y siempre está realizando cambios en su obra. La Zapatilla de la Reina es un dique volcánico de estructura muy dura (fonológica) que está muy erosionado y tiene forma de zapato, tal cenicienta, de más de 100 metros de altura. Como cualquier roca que se encuentre al aire libre, con el paso del tiempo (miles de años) irá cambiando la forma actual por la acción continua de los agentes erosivos, hasta que llegue a desaparecer por completo. Además con el añadido que las condiciones climáticas que se dan en el Parque Nacional de Las Cañadas del Teide, son muy extremas y aceleran este proceso. En el Teide los vientos son muy fuertes y la temperatura diaria puede llegar a oscilar en más de 20 grados centígrados. Y con el añadido que en casi todos los inviernos la nieve y el hielo hacen acto de presencia, siendo poderosos fenómenos para moldear el medio. Por otro lado, la altitud sobre el nivel del mar en el que se encuentra provoca formas periglaciares, las cuales se originan por el hielo y el deshielo, típico de otros lugares como Noruega y otros países encandinavos.
Además de la ‘Zapatilla de La Reina’ también podemos ver el Roque del Abanico, Las Mesas, Montaña de La Corona y el Alto de Guajara. A nuestra espalda nos encontraremos con el Teide y parte del Llano de Ucanca.
Todo ello en una simbiosis perfecta que hacen de este lugar sea considerado por muchas personas que lo visitan como mágico; sobre todo cuando se pasea a la luz de la luna llena.