Como ya habíamos contado anteriormente, en Que ver y hacer en Los Silos, es totalmente recomendable dar un Paseo por la zona costera de La Villa de Los Silos, por la tranquilidad que nos brinda este lugar, su fácil accesibilidad,… y muchas más cosas que hacen disfrutar de este paisaje que nos brinda la costa del norte de la isla de Tenerife.
Nosotros lo iniciamos en la Avenida Marítima, una vez aparcado el coche a altura del Complejo Piscinas Municipales de Los Silos.
Esta parte del recorrido transcurre por una pista de tierra por la que podemos acceder fácilmente a diferentes puntos de baño donde encontraremos la Playa Charco de La Araña y numerosos charcos naturales de aguas limpias y cristalinas, como El Charco Los Chochos o El Charco Don Gabino. De esta parte también nos llama la atención es el Esqueleto de Ballena, una Rorcual Boreal, la cual es uno de los animales de mar tamaño en el planeta ya que según los datos obtenidos por los científico este cetáceo llegó a medir unos 17 metros y pesar entorno a las 27 toneladas. Con la colocación de esta escultura se ha tratado de rendir un merecido homenaje a los marineros que han hechos grandes travesías por los océanos, además de ser un símbolo de conservación del medio ambiente.
Desde este punto, damos media vuelta y volvemos por el mismo camino que nos trajo hasta aquí. Donde encontraremos un gimnasio para adultos en el cual poder hacer ejercicios junto al mar. También se disponen de zonas acondicionadas para entrar al mar y tomar el sol tranquilamente sobre una estructura de madera, además de unas pérgolas donde disfrutar del bonito paisaje a la sombra.
Tras llegar de nuevo a la Piscina Municipal nos dirigimos rumbo a la urbanización de Síbora, por la carretera que une este lugar con el núcleo poblacional de La Caleta de Interian.
El primer lugar por el que pasamos es la zona conocida como El Puertito, un pequeño refugio pesquero donde pequeñas embarcaciones pueden acceder al mar.
Seguidamente te recomendamos una parada en los Hornos de Cal. Dos hornos que en épocas pasadas fueron dedicados a la fabricación de cal, tanto como material para la construcción como para el campo. Uno de ellos data del siglo XIX mientras que el otro es de 1931. Esta construido en una piedra que llegaba desde Gran Tarajal en la Isla de Fuerteventura. Una costumbre muy típica de los trabajadores que allí desempeñaban su labor era la de aprovechar el calor del horno para cocinarse unas papas y un pescado recién sacado del mar, a la hora del almuerzo. Estuvieron en funcionamiento hasta los años 60 donde ya se pasó de la cal al cemento.
Una vez abandonamos los Hornos de Cal, y tomando el Camino La Caleta, nos encontramos con un pequeño mirador sobre el cual contemplamos la Playa De Agua dulce o Síbora y en lo alto de esta, la Casa del Telégrafo. Un lugar que en el año 1883 fue el encargado de la comunicación por este medio entre las islas de Tenerife y La Palma, a través de la instalación de un cable submarino. Se conoce popularmente como la «Caseta del Cable» y su restauración concluyó a principios del siglo XX. Desde este lugar tenemos una interesante vista del Ingenio de Daute.
A muy pocos metros de este emblemático lugar encontramos otro muy característico. Se trata de la Torre del Ingenio Azucarero. En ella, la caña de azúcar se convirtió en uno de lo recursos más importantes desde el punto de vista financiero de la economía de las Islas durante la primera mitad del siglo XVI. La misma se exportaba al viejo continente y suponía una importante fuente de ingresos. Esta industria se basó en tecnología basada en molinos movidos por la fuerza del agua que eran conocidos como ingenios. Los mismos se encontraban en lugares donde la fuerza hidráulica era muy abundante. El Ingenio de Daute estuvo regentado por Gonzalo Yanes, quien aprovechó las talas efectuadas en el Monte del Agua para aprovechar toda esa madera como combustible en las calderas, así como para la elaboración de cajas de madera donde transportarla. De todo este edificio llama mucho la atención la chimenea, que se ha convertido en uno de los elementos más emblemáticos y fotografiados de la Villa de Los Silos. Al lado de ella se encuentra la nave que se dedica como empaquetadora de plátanos que hoy en día sigue en funcionamiento.
Seguimos dirección Caleta de Interian y encontramos una zona de costa conocida como El Gomero; la cual consta con una escalera de acceso a una parte callado y zonas de lajas donde si el mar lo permite es muy agradable darse un baño. A unos metros encontramos el Charco de Las Damas, que junto al Charco El Cumplido y el Charco El Romancito forman parte de una zona de Salinas Naturales en Los Silos. Antiguamente este trabajo en la comarca estuvo ligado a la mujer que desde niñas acudían a las salinas hasta que alcanzaban edades muy avanzadas. Normalmente la sal se trabajaba en la estación de verano, más concretamente desde finales de mayo hasta septiembre, siempre dependiendo de la climatología, estado del mar y de las lluvias. El destino de la sal era fundamentalmente doméstico y la sobrante se ofrecía a parientes o bien para el trueque por otros productos.
Una vez pasados esta parte de la costa nos encotramos en la entrada del barrio pesquero de La Caleta de Interian. Este barrio se divide administrativamente entre Los Silos y Garachico. Allí podemos disfrutar de su exquisita gastronomía en cualquiera de sus restaurantes cuyo ingrediente principal es el pescado. Y, caminando por sus estrechas calles en busca de la costa, llegamos al Paseo Marítimo de Juaniquín, donde podemos darnos un chapuzón en el Charco de mismo nombre.